Por Javier Mosquera
El 30Dic85 realizaba su primer vuelo el único prototipo del IA-58C Pucará Charlie, la versión monoplaza y posiblemente el más capaz de la familia Pucará.
A los mandos del Cap Jorge Benítez, veterano de la Guerra de Malvinas y con una considerable experiencia en los IA-58, el vuelo tuvo una duración de 45 minutos sin inconveniente alguno, dando comienzo a una serie de ensayos tendientes a demostrar las ventajas de esta nueva variante.
Nacido como una iniciativa propia de la entonces Fabrica Militar de Aviones (FMA) y con el objetivo de aplicar las enseñanzas obtenidas luego del Conflicto del Atlántico Sur, lo cierto es que el Proyecto Charlie, se vio afectado por una serie de factores ajenos al diseño que no permitieron su producción en serie.
Por un lado, el Gobierno Nacional no mostraba ningún interés en apoyar ningún programa relacionado con armamento para las FF.AA. y por otra parte, la propia Fuerza Aérea Argentina no mostró mayor interés en esta nueva versión, a las claras la mas potente de la familia.
Ante estas circunstancias, la propia FMA se las ingenió para llevar adelante la fase inicial del proyecto, casi sin asignación de fondos y recurriendo a lo que había disponible en las instalaciones.
Así y como primera medida tendiente a mostrar al prototipo como una reutilización del fuselaje del IA-66 AX-06, se asignó la misma matrícula al nuevo prototipo, conocido como IA-58C.
Sin embargo, la realidad es que la fábrica hechó mano del fuselaje que debería haber sido el primer IA-58B de serie (c/n 042) junto a planos y conjunto de cola presentes en la línea de producción, se procedió a armar una mock up como demostrador de concepto, la cual fue presentada el 10Oct84 en un atractivo esquema de pintura de tres tonos similar al Pucara Bravo y con un interesante display de armamento, que incluía misiles Matra Magic y CITEFA Martín Pescador.
Como rasgo principal, se había eliminado el puesto delantero (una de las enseñanzas de la guerra, donde los aviones volaron las misiones de combate siempre con un único piloto) y la instalación de un cañón DEFA 553 en la nariz del avión. Este potente cañón provenía del IA-58B y para su instalación, se habían removido dos de las cuatro ametralladoras de 7.62, las cuales no se habían mostrado como muy efectivas durantes las operaciones de combate.
Obtenida la autorización interna para proseguir con la idea y poner en vuelo un prototipo, se decidió comenzar a trabajar sobre la mock-up, la cual perdió el esquema de pintura, al tiempo que se iban incorporando parte de las sugerencias emitidas por la III y IX Brigadas Aéreas, en los Requerimientos Operativos (R.O.) presentados luego de las evaluaciones realizadas tras la finalización de la Guerra de Malvinas.
Entre ellas se encontraba la incorporación de desheladores para permitir una mejor operación en climas fríos, la posibilidad de utilizar misiles aire-aire y´- aunque no llegó a concretarse – la provisión de equipos de contramedidas electrónicas. El compromiso del Departamente Ingeniería era que el IA-58C debería volar al año siguiente y sin desviar recursos abocados a la linea de producción de IA-58A y – sobre todo – a la fase incial del proyecto IA-63 Pampa, el cual había diso presentado ese mismo día.
Luego de un arduo trabajo de poco mas de un año y empleando horas extras, el prototipo finalmente recibió dos motores recién recorridos (c/n 1301 y 1140) el 02Dic85 y comenzó los ensayos funcionales en tierra, previo a la realización de su primer vuelo.
Si bien el mismo estaba previsto para antes de la Navidad de 1985, demoras en la puesta a punto movieron la fecha al 30Dic85, justo un día antes que termine el año y cumpliendo con lo prometido al momento de autorizarse el programa.
Así el “Charlie” dio comienzo al periodo de pruebas en las cuales quedó demostrado el mayor potencial del modelo.
A medida que se avanzaba y con el apoyo de los excelentes resultados, la propia FMA le propuso a la Fuerza Aérea la conversión a monoplaza de 30 células existentes y la construcción de un numero adicional directamente como monoplazas. Esta propuesta contenía muchas ventajas al trabajar sobre células ya existentes, para lograr una rápida conversión y además fortalecer la dotación adaptando aquellos que se encontraban en distintas etapas de su construcción.
Nuevamente, no hubo un apoyo fuerte al proyecto y las crisis políticas y económicas dieron por tierra con cualquier posibilidad.
El AX-06 continuó volando hasta que completó su última actividad el 30Nov89 en un vuelo de evaluación a cargo del Ten Gabriel Bagatello. Había alcanzado 290:15 hs de vuelo con 342 aterrizajes.
Canibalizado progresivamente, terminó abandonado primero en uno de los hangares de la fábrica. Paradójicamente la Fuerza Aérea intentó en los 90 su recuperación y puesta en servicio pero a esta altura su grado de canibalización lo hacía económicamente inviable.
Luego de permanecer abandonado a la intemperie, el fuselaje fue recuperado por Lockheed Martin Aircraft Argentina y completado con los planos correspondientes al A-564 y algunas partes del A-550 . Las alas del Charlie, misteriosamente terminaron en el A-581 que se exhibe en el Museo Nacional de Malvinas en la localidad de Oliva (Cordoba).
Transferido luego al Aérea Material Rio IV, actualmente integrara su patrimonio histórico y esta en pleno proceso de restauración y puesta en valor.